El Ciervo de orquídeas ha sido el inicio de todo. Simplemente lo hice para mí, era un reto que tenía después de un precioso viaje a Sudáfrica, al no poder traerme a casa unas bonitas y enormes figuras de papel artesanales. Así que yo misma me lo hice, dándole un toque personal y alegre con el estampado de flores, sin saber que causaría tanto furor cada vez que los amigos entraban a la cocina, que es donde la tengo colgada. La pongas donde la pongas da un toque diferente y muy kitsch!
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